Entre los pueblos y civilizaciones de la Italia antigua, los vénetos constituyen una unidad que está bien definida por el territorio que ocupan, entre los Alpes y el Adriático, territorio que todavía conserva su nombre: por la lengua indoeuropea que hablan, bastante próxima al latín; y por su particular civilización, que se desarrolla de un modo coherente desde finales de la Edad del Bronce hasta el umbral de la conquista romana (es decir, desde el siglo X hasta los siglos III-II aC), conservando una huella protohistórica esencial. Mientras que, por una parte, el mundo paleovéneto está profundamente vinculado a los ámbitos centroeuropeos de Hallstatt y Eslovenia, lo cual resulta comprensible, por otra parte se abre a todas las influencias culturales de la vecina Etruria del norte y, en particular, a la escritura alfabética; por el contrario, la repercusión de la civilización griega es muy limitada. La organización permanece todavía vinculada a unas estructuras preurbanas y protourbanas...